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La calle: "Hogar" de los perros en Bogotá

Los perros, comúnmente llamados mejores amigos del hombre, viven en Bogotá una odisea para sobrevivir. Aproximadamente 100.000 de los caninos capitalinos se encuentran en las calles sin ningún cuidador.

Por David Suárez P.

“Un animal no tiene la culpa de nacer en la calle ni de no tener un dueño responsable que vea por él”, afirmó Diana Tovar, voluntaria de la fundación ‘Peluditos con Futuro’. En la capital del país se estima que existen más de 100 mil perros callejeros según datos de Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA).

A nivel nacional, el número se acerca a un millón, aproximadamente, siendo Bogotá de las principales ciudades afectadas del país por la cantidad masiva de perros callejeros, dado que se calcula que cerca del 10% de la cantidad de los caninos de la ciudad habitan en las calles.

“La fauna callejera hay que extinguirla”, aseveró Batman Roberto Camargo, Concejal electo de Chía. “Toda especie que ha sido intervenida por el ser humano, de cierta manera, debe ser extinta de las calles, porque nosotros la introdujimos en una sociedad, la maltratamos, la desechamos, la dejamos en la calle y ahora hay que reducir su población sin que el animal sufra”, sentenció.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El animalista y congresista Batman Roberto Camargo piensa que los animales no

 deberían encontrarse en las calles por ningún motivo.

Entrevista realizada por: Lorena Guerrero, Juliana Novoa y David Suárez.

Créditos: Batman Roberto Camargo

Poco más se puede añadir al conciso resumen del también creador de la fundación ‘PATA’ acerca del porqué hay fauna callejera y cómo esto es un problema de magnitudes mucho mayores a la presencia o no de un animal en la calle, trayendo consecuencias tanto para el humano como para el ser abandonado.

Es preciso destacar que, en el año 2015, la página web Perro Contento reveló que por cada 39 habitantes en Bogotá existe un perro callejero. Sin embargo, en el mismo artículo hace énfasis en que la cifra podía quedarse corta con respecto a la realidad, debido a que el último censo de la población canina callejera se había realizado en 2005.

“La propiedad de un perro supone automáticamente que la persona acepta la responsabilidad del animal y su eventual progenie durante toda su vida o hasta que se le encuentre otro propietario”, afirman las Normas Internacionales del Código Sanitario para los Animales Terrestres en el capítulo 7.7 Control de las poblaciones de perros vagabundos.

Los bogotanos, teniendo en cuenta lo anterior, pisotean las normas internacionales gracias a su desconocimiento de las mismas y a la desidia que manejan sobre el animal. “En la mayoría de los hogares, cuando no les gusta la forma de comportarse de los animalitos, estos terminan en la calle”, dijo Oscar Ríos Alfonso, representante de la fundación ‘Santuario Animal Douglas’.

“Cuando son chiquitos todo el mundo es: ‘¡Ay, qué bonito! Son juguetones’, pero ya después cuando empiezan a hacer daños son más y más perros en las calles”, sentenció la rescatista independiente Eliana Ortiz García.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La crisis de los animales en Bogotá en imágenes.

Fotografías realizadas por: Lorena Guerrero, Juliana Novoa y David Suárez.

*Cada imagen cuenta con su respectivo pie de foto al poner el cursor sobre ella.

Esterilización: Causa y efecto

Acerca de esto, Juan Pablo Olmos, Líder del equipo de Participación Ciudadana del IDPYBA, aseveró: “Gran cantidad de estos animales han sido abandonados o han crecido en habitabilidad de calle. Por ello, consideramos que lo primero que se debe hacer en Bogotá es generar la cultura de responsabilidad, tenencia responsable, adoptar y no comprar y esterilizar”.

Esta última, se vende como la salvadora de una buena parte de la problemática callejera canina porque con ella “evitamos la sobrepoblación canina, el maltrato animal y el abandono”, concluyó la trabajadora de la fundación ‘Hogar de Paso Mis Cachorros’, Miriam Yagama. No obstante, aun así, esta práctica sigue sin ser de cumplimiento obligatorio.

“Las normas locales no pueden ir en contravía de las normas nacionales. Mientras en el país no sea obligatoria la esterilización no podemos hacer que en Bogotá sea una obligación”, afirmó el representante del IDPYBA. “Más que ser una obligación es una forma en la que se sensibiliza a la comunidad de cómo proteger, cómo cuidar y cómo ayudar a los animales”, sentenció.

Con respecto a este tema el Concejal de Chía comentó: “La esterilización debería ser obligatoria para los que venden animales y para los perros callejeros”. 

Como método de sensibilización o como imposición debido a una ley –hipotética– que la sustente, la esterilización funciona como ayuda a la población de perros callejeros, prácticamente por cualquier causa, y la falta de la misma hace que “mucha gente le saque crías (a los perros) y son 8 o 6 perros más en la calle”, mencionó Ortiz.

La multiplicación de los perros callejeros, producto de la falta de esterilización de los animales, produce la sobrepoblación de los caninos. La página web del Concejo de Bogotá asegura que las localidades con más ejemplares son Kennedy con 16.000, Usme con 15.000 y Suba con 12.000.

 

 

 

 

 

 

Infografía realizada por: David Suárez.

Créditos: Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal, Concejo de Bogota y PerroContento.com

 

Humanos vs Perros, una pelea injusta

Según un estudio realizado en conjunto por la “Northeastern University Boston” y la “University of Colorado Boulder” el ser humano empatiza más con un perro que con los propios seres humanos. No obstante, entre 2010 y 2016, 33 mil animales domésticos fueron abandonados en Bogotá sin rastro alguno de dicha empatía (cifra del IDPYBA).

Javier Rivas, médico de la Clínica Veterinaria de la Universidad de La Salle, señaló en una entrevista con  RCN Radio que entre las causas del abandono de los caninos está la falta de tiempo para cuidarlos, la poca planeación financiera de los dueños y los problemas de crianza o espacio insuficiente para tenerlos.

Una vez el perro arriba a un hogar “es un integrante de la familia, entonces son compromisos y responsabilidades que tendrías si compraras o si no lo hicieras”, dijo Angie Natalia Gómez Cardona, dueña de varias peluquerías caninas.

“Trabajamos con las organizaciones el tema de la sensibilización”, comentó Olmos. “Es un trabajo de cultura ciudadana que definitivamente es el camino para cambiar las conductas y comportamientos que tenemos los humanos hacia los animales”, concluyó.

Dichas conductas que denuncia Olmos están ligadas a las declaraciones de Rivas y hacen referencia a la irresponsabilidad del ser humano para con los animales. “La persona que se lleva un cachorrito, lo tiene 2 o 3 meses bien pero ya después, cuando comienza a hacer estragos, lo echa a la calle”, aseveró Míriam Yagama.

“La gente no se quiere dar cuenta, uno muchas veces cuando va en la calle en las vías principales encuentra perros abandonados, y uno lo único que tiene que hacer es ver más el entorno”, expresó Eliana Ortiz. “Uno a veces voltea y ve que en la panadería hay un perrito y uno dice: ‘¿cuál es el dueño?’ y nadie nunca sabe”, sentenció.

 

 

 

 

 

 

 

 

Los más afectados por la irresponsabilidad de los seres humanos son los perros,

quienes terminan abandonados y completamente solitarios en las calles.

 Video realizado por: Lorena Guerrero, Juliana Novoa y David Suárez.

Créditos: Angie Natalia Gomez Cardona.

El abandono también es maltrato

Cabe mencionar que por cada 100 perros domésticos existen 38 callejeros en Bogotá, según IDPYBA, de los que, según el Concejo de Bogotá, en 2016 se reportaron 7258 casos de maltrato animal.

La Ley 1774 de 2016 afirma que el abandono es una clase de maltrato animal, así como las peleas de perros y la comercialización ilegal. “El maltrato, pues sí, es la patada, el golpe, encerrarlo en la terraza y, digamos ya con sevicia, que tiene un agravante penal, la zoofilia”, mencionó Batman Camargo.

Precisamente estos maltratos llevan a los animales a la calle, ni siquiera por culpa del animal, pues los dueños (abusadores del animal) ignoran las afectaciones psicológicas que sufre el perro, y las manifestaciones de estas, y piensan que simplemente cambió.

 

El miedo hacia las personas, la hiperactividad y la agresividad, entre otras, son algunas de las consecuencias evidenciables en los perros producto del estrés postraumático, afirmó la página web especializada Mundo Perros.

Estas afecciones marcan al animal de por vida y son casi imposibles de sanar, según el mismo artículo. De la misma manera "en los casos en los que el animal supone un peligro para otras personas, se acaba recurriendo a la eutanasia", si es que  no sufre el terrible destino del abandono. 

Historias como perros amarrados a los tubos de los buses de TransMilenio, abandonados por no conocer la enfermedad que contrajeron, por ser muy ancianos o por crecer de más abundaron en los relatos de los proteccionistas y adoptantes que reconocen que los caninos, más que animales, son seres vivos que sufren y, por nuestra culpa, están en condiciones deplorables.

1 perro por cada 39 personas (2).jpg
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